Entre siluetas relajadas, influencias noventeras y una obsesión por lo auténtico, la Gen Z marca el pulso del estilo urbano contemporáneo.
La generación Z no solo sigue la moda: la reinventa. Su estilo refleja una actitud libre, ecléctica y consciente, en la que conviven prendas oversized, guiños nostálgicos y una constante búsqueda por piezas que combinen comodidad, funcionalidad y personalidad. Su estética escapa de las reglas rígidas y prioriza la expresión individual a través de códigos urbanos cada vez más diversos.
Desde adidas, expertos en moda urbana destacan las principales tendencias que hoy están moldeando el estilo de esta generación:
● Nostalgia noventera y Y2K: Prendas icónicas como la chaqueta Firebird —con su silueta deportiva clásica y líneas limpias— se convierten en esenciales del guardarropa Gen Z. Perfecta para crear looks en capas o aportar un aire relajado a conjuntos más estructurados, esta prenda representa la mezcla ideal entre funcionalidad y nostalgia.
● Layering minimalista: La superposición de básicos en tonos neutros o pastel se ha vuelto clave. Poleras, camisas oversized y chalecos livianos se combinan de forma estratégica para generar volumen y textura sin sobrecargar el look. Esta tendencia es versátil y se adapta fácilmente a distintas ocasiones, del día a la noche.
● Casual pero pulido: El equilibrio entre lo relajado y lo sofisticado es esencial. Jeans rectos, conjuntos monocromáticos y accesorios discretos construyen una estética “effortless” que reina tanto en las calles como en las redes sociales. La funcionalidad es un valor central: las prendas deben acompañar desde una jornada universitaria hasta planes improvisados por la noche.
● Zapatillas que trascienden el tiempo: Las clásicas adidas Superstar, con su reconocible punta shell toe, siguen siendo las favoritas de la generación. Su diseño atemporal las convierte en el complemento perfecto para outfits que van desde jeans wide leg con crop tops hasta pantalones cargo con hoodies oversized.
Para la Gen Z, el estilo va más allá de lo visual: es una extensión de sus valores. Prefieren prendas cómodas, con historia y capaces de adaptarse a distintos contextos. Así, construyen una forma de vestir auténtica, libre y siempre en evolución.