El creador del emblemático restaurante argentino visitó la sede limeña para celebrar más de una década de historia, acompañado del chef invitado Roberto Boyle y la sommelier Melina Bertocchi.
A once años de su llegada a la capital peruana, La Cabrera Perú continúa posicionándose como referente de la auténtica parrilla argentina. La reciente visita de su fundador, Gastón Riveira, reafirmó el compromiso del restaurante con el público local y fortaleció los lazos culturales entre Argentina y Perú a través de la gastronomía.
Desde su apertura en 2013, La Cabrera se ha consolidado como una de las casas de parrilla más representativas del país. Fiel al concepto con el que nació en el barrio de Palermo, Buenos Aires, el restaurante ofrece una experiencia culinaria genuinamente argentina, basada en cortes madurados, técnicas tradicionales y un servicio que celebra el arte de la hospitalidad.
Detrás de esta propuesta se encuentra Gastón Riveira, considerado uno de los principales impulsores de la gastronomía argentina a nivel internacional. Con presencia en más de 30 países, ha sabido llevar la esencia de la parrilla rioplatense al mundo, manteniendo un equilibrio entre tradición y sofisticación. Su filosofía culinaria y visión estratégica han sido claves para posicionar a La Cabrera como sinónimo de excelencia y autenticidad.
Durante su visita a Lima, Riveira fue parte de una cena especial en la sede de Miraflores, donde el chef invitado Roberto Boyle reinterpretó los sabores icónicos del restaurante con un menú diseñado especialmente para la ocasión. La reconocida sommelier Melina Bertocchi acompañó la velada con una cuidadosa selección de vinos, realzando cada plato y completando la experiencia sensorial.
En Perú, La Cabrera no solo ha encontrado un público receptivo, sino también un terreno fértil para el intercambio cultural. Cada plato servido es una expresión de identidad, técnica y tradición, elementos que han sido bien recibidos por el exigente y curioso paladar limeño.
Hoy, más de una década después de su apertura, La Cabrera reafirma su propósito: seguir siendo un espacio de encuentro donde la carne es protagonista, pero donde también se celebra el origen, la cultura y la calidez que define a la experiencia argentina.
