Cuidar el color no requiere esfuerzos extremos ni fórmulas mágicas. Requiere información clara, productos adecuados y decisiones simples que, sumadas, permiten que el color no solo dure más, sino que se vea bien todo el tiempo.
Tras un cambio de look, el color suele lucir impecable en los primeros días. Sin embargo, muchas personas notan que, al poco tiempo, el tono se apaga, pierde brillo o incluso cambia de matiz. El problema, más que en el tinte, suele estar en los cuidados posteriores.
Para Juliana Gutiérrez de la Cuadra, consultora en imagen personal y docente especializada en colorimetría, el error más común es dejar de lado la rutina de mantenimiento. “El cabello es nuestro marco más expresivo. Un buen color puede realzar el rostro, pero si no hay cuidados adecuados, ese efecto se pierde fácilmente”, explica.
Cinco prácticas que dañan el color del cabello
- Usar shampoo genérico o productos no diseñados para cabello teñido, que arrastran los pigmentos desde el primer lavado.
- Lavar el cabello todos los días, acelerando el desgaste del color y reduciendo su intensidad.
- Aplicar calor sin protección: planchas y secadoras sin sérum protector dañan la fibra y alteran el tono.
- No mantener una rutina post-coloración, confiando solo en el resultado obtenido en el salón.
- Exponer el cabello de forma constante al sol, la humedad o la fricción sin barreras protectoras, factores que deterioran el color.
Cómo prolongar un color vibrante
El mercado ofrece soluciones diseñadas para preservar el color sin sacrificar la salud capilar. Un ejemplo es la línea Vitamino Color Spectrum de L’Oréal Professionnel, desarrollada para actuar sobre cinco dimensiones esenciales —brillo, saturación, contraste, tono y luminosidad—. Su fórmula con ácido ferúlico y ácido cítrico fija el pigmento desde el primer uso, protege la fibra y aporta suavidad sin peso. Se trata de una rutina que comienza en el salón y continúa en casa de forma sencilla, logrando que el color se mantenga vibrante por semanas.
Cinco hábitos que sí funcionan
Esperar entre 48 y 72 horas antes del primer lavado tras la coloración, para que el pigmento se adhiera mejor.
- Usar shampoo, acondicionador y mascarilla específicos para cabello teñido.
- Aplicar siempre un sérum protector, incluso sin usar calor, ya que también protege contra el sol.
- Secar el cabello sin frotarlo con fuerza, utilizando toallas suaves o de microfibra.
- Espaciar los lavados día por medio y reforzar con productos que protejan del sol y la humedad.
En el caso de los sérums, lo recomendable es optar por fórmulas que formen una barrera ligera sobre la fibra, aporten brillo y prolonguen la intensidad del color incluso en ambientes húmedos o calurosos. Como resume Juliana Gutiérrez: “El tinte no es el final del proceso, es el inicio. El verdadero color duradero depende de lo que se hace después, en casa, todos los días. Y si se hace bien, el resultado se nota”.
